lunes, 1 de noviembre de 2010

No te voy a decir que no me duela. Me duele claro. Eras un pilar para mí. Pero no puedo dar más a torcer el brazo porque me lo retuerces. Piensa en cuando no había nadie y solo estaba yo. Piensa en como me querías y piensa porque dejaste de hacerlo. Yo estoy cansado de analizar ya. Me estoy yendo y pronto no quedará ni mi olor. Me cuesta, claro, pero no puedes empujar al viento, ya lo dije hacía tiempo y sigue siendo lo que pienso.
Si algún día me echas de menos, dímelo; no dudaré en abrazarte de nuevo.

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